Me cuesta mucho, pero sigo en pie, con la frente en alto, a pesar del rechazo sigo siendo yo y ni siquiera la ignorancia puede cambiarme.
Quiero que sepas que yo no tengo la culpa de nada, tal vez Dios me puso en un cuerpo equivocado o tal vez no, Dios no se equivoca; él sabe muy bien el motivo de las cosas, de los tiempos y sobre todo, de mis sentimientos y ¿sabes mamá?, puedo ser feliz, soy feliz aun cuando la sociedad me margina, cuando tú me quieres de una manera que no soy.
Tengo gustos y preferencias distintas, eso me hace unic@ y tu no lo ves de esa manera, dices que eso no es normal. Mamá, compréndeme, yo no tengo la culpa de que la persona que amo, tenga el mismo sexo que yo. Dios me dio estos gustos, estos sentimientos, él permitió que fuese como soy, él me puso a la persona que amo en mi camino… ¡Dios así lo quiso!
Mamá, para mí es muy difícil decirte esto, pero sufro mamá, los apodos, los insultos, las burlas y desprecios de la sociedad me hieren ¡me dañan mamá!
Me lastíma que me griten cosas cuándo camino por la calle, me hieren cuando pronuncio mis gustos y que me hagan mala cara y se alejen casi huyendo; Pero ¿sabes?, aun así no oculto lo que soy, sin avergonzarme. Quieren orillarme a callar… callar lo que soy y aparentar alguien falso; mamá, ¿Por qué la gente es cruel?, ¿Por qué lastiman tanto?.
Los apodos en el colegio son hirientes mamá, tú solo dices que es normal que los jóvenes hagan eso, pero que no importa, que es un juego solamente, ¡me lastiman esos juegos!, no le veo motivo alguno del porqué hacer sentir mal a los demás, para mí eso no es normal. En ocasiones cuándo hablo, no les importa y cuándo me acerco, se van y ¿sabes que me queda?, me queda la soledad, un rincón y un dolor inmenso en el pecho, y un pecho que llora y sufre, porque vive y siente...
Mamá, hoy no me hagas sentir mal por favor, ya tengo suficiente con esta sociedad falta de respeto, con los dedos que me apuntan y señalan, con las criticas que parecen bofetadas, duras bofetadas, tengo ya suficiente con los apodos que parecen piedras cayendo en mi cabeza, con ese silencio que me grita la ignorancia social, y lo peor, con tu disgusto cuando hablo sobre mis gustos y preferencias, con esas palabras que dices con intención de cambiarme y cuándo pregunto por lo que honestamente opinas, no contestas, ¡¿Por qué no contestas?!
Mamá, mami, mamita… pido a gritos tu apoyo, tu cariño, tu comprensión, dame una palabra de aliento, una que me diga y demuestre que me amas, dame una mirada de amor, una sonrisa de aceptación como lo que soy… tu hij@, quien llevaste en tu vientre por nueve largos meses, quien cuidaste y alimentaste; a ti te di mi primer palabra, “mamá”.
Tu no, por favor tu no mamá, tu no me desprecies, porque aunque pase el tiempo e intentes cambiarme, eso no pasará, te pido que aprendas a quererme tal cual soy, porque puedo ser homosexual, lesbiana, bisexual, transexual, pero soy humano, y antes de todo eso ¡soy tu hij@!.
La sociedad quiere reprimirme, reprimir mis sentimientos, quieren lastimarme, no lo permitas mamá. No me critiques porque me gusta una persona de mi mismo sexo, no puedo cambiar mis gustos y tampoco quiero hacerlo, yo me amo como soy y no me da vergüenza, las preguntas y reproches no sirven de nada, abre los ojos y tu corazón, no seas como la sociedad cruel, ¿no te das cuenta que me hace daño?, ¿no te duele verme sufrir? Ayúdame a aminorar el dolor y a destruirlo por completo con tu amor, respeto y aceptación.
Te ama, tu siempre niñ@ que nesecita a su mami
*Daiyu Kahlo Palma*